3 pequeños éxitos que puedes celebrar en tu primer año de negocio
Celebrar tus éxitos en el negocio te ayudará a recuperar fuerzas y seguir insistiendo. Crecer es difícil, y por eso todos tendríamos que valorar nuestros éxitos, aunque sean pequeños.
Por esa razón escribo acerca de esos pequeños éxitos que podemos celebrar durante el primer año de negocio.
1. Conocer aliados y colaboradores
Para mí este éxito es el más potente de todos. Está claro que en un negocio nos centramos en nuestros clientes y tratamos de fidelizarlos, pero hay mucho más.
Conocer aliados y/o colaboradores es un empujón brutal, un subidón de energía. Además, vas a expandir tu marca con la ayuda de personas con las que os une un objetivo en común: crecer. Conseguir alianzas con otras marcas es un buen pronóstico. Si tienes aliados, te valoran. Y puedes estar contento.
Con tus aliados y colaboradores podrás obtener críticas de tus servicios/productos que te ayudarán a mejorarlos. Y al ayudarles tú a ellos recíprocamente, os impulasaréis mutuamente. Mejor acompañados.
Celebra este pequeño éxito. Si empiezas a conocer colaboradores significa que estás captando la atención de las marca cercanas. Que sean pequeñas no es un mal síntoma. Hace pocos meses no te conocía nadie. Cuida de los primeros que se fijan en tí, que quieren crecer junto a tí, y crea con ellos una sólida relación de cooperación.
Para conocer aliados y colaboradores deberás salir de tu despacho. Sal y llama los timbres. Preséntate y escucha.
Aliarse es un éxito.
2. Entender el porqué de los resultados
El segundo éxito a celebrar es comprender el porqué de los resultados de tu negocio. Para conseguirlo, has realizado ciclos de aprendizaje, creación y medición. Con la práctica has conseguido aislar ciertos elementos y operaciones que te acercan a tu objetivo, a los resultados que deseas. Sigue en el ciclo: aprender, crear y medir.
Además, también lo has aprendido cuando has cerrado un proyecto con un nuevo cliente. Has analizado cómo lo has conseguido para aplicarlo en futuras oportunidades.
Por otra parte, algunas veces te han rechazado en otros proyectos. Y eso también te ha permitido comprender el porqué de tus resultados.
En definitiva, cuando entiendes la causa de tu éxito o margen de mejora, debes permitirte cambiar de opinión o estrategia.
3. Mantener una disciplina
Y por último, quizás el éxito más difícil: mantener una disciplina y no rendirse.
Es conocido por todos que los éxitos son consecuencia del esfuerzo y trabajo duro. Por esa razón, si te has mantenido firme, pese a pequeños fracasos y contratiempos, pase lo pase, estás en la buena senda. Y eso, en sí mismo, es un éxito.
Para seguir concentrado en tus objetivos y mantener una disciplina, céntrate en tu entorno, en los demás, en tus clientes. Empieza a olvidar el yo y cámbialo por el tú. Cambia la oferta por la solución y beneficios.
Y sobre todo, no te desmoralices cuando vengan mal dadas.