La verdadera propiedad digital de tu marca
Las propiedades digitales de una marca pueden llegar a ser imprescindibles para el crecimiento de la misma.
La mayoría de marcas gestionan más de una propiedad digital, y suelen implantar estrategias diferentes para cada una de ellas. En general, una propiedad digital permite a la marca unas acciones definidas previamente.
En este artículo quiero destacar cuál es la verdadera propiedad digital de una marca.
Una propiedad digital
Voy a empezar por aclararte mi definición de propiedad digital.
Una propiedad digital de una marca es una entidad que reside en la red, con la que los visitantes/usuarios pueden conectar con la marca para razones determinadas. La comparación más fácil es con la propiedad física más habitual: la tienda.
Las propiedades digitales de una marca deben ser útiles. Analiza cómo has usado las propiedades digitales de tu marca, en el contexto de los objetivos que quieres conseguir con cada una de ellas. Sin unos objetivos definidos, no podrás analizar los resultados que puedas obtener con alguna propiedad digital.
Que no te engañe el bajo coste de la mayoría de propiedades digitales. Aunque el coste ecónomico es bajo, la inversión de tiempo que necesitas para aprovechar todo el potencial de una propiedad digital puede ser excesivo para tu marca.
Investiga cuáles son las principales características de las posibles propiedades digitales para tu marca. Por ejemplo, puedes estudiar la posibilidad de compartir contenido en alguna red social, en función del perfil de usuario y de la temática que quieras compartir.
Desde mi punto de vista, los tres tipos de propiedades digitales que puede tener tu marca son: Sitios web, Redes sociales, Correos eléctronicos. ¿Vale la pena tener muchas propiedades digitales?
¿Cuál es la verdadera propiedad digital de una marca?
Para mi está más que claro: la verdadera propiedad digital de una marca es su página web. Me refiero a cualquier tipo de web, ya sea una web corporativa, una tienda online o una aplicación web que ofrezca un servicio online a sus usuarios.
En primer lugar, la web de tu marca es de tu total propiedad. No dependes de (casi) ningun agente externo para que tu web siga como está ahora, y en las mismas condiciones. Es decir, ninguna empresa multinacional va a cambiar las condiciones de uso de tu web, por ejemplo.
Además, una web puede abarcar tanto que podría decir que su potencial es infinito. Insisto, una web no depende de criterios de terceros. Por eso, tú eres el único responsable y director que decide qué encontramos en tu web y cómo lo encontramos.
Para siempre.
Por esas razones, sin entrar en otros temas como la importancia de la primera impresión en una web, la verdadera propiedad digital de tu marca es tu web.
Mímala.
Un consejo
La única propiedad digital para tu marca es una herramienta modular y puede llegar a ser tan profunda que no necesites de otras propiedades digitales. La web de tu marca es el eje comercial y comunicativo. Por eso, siempre que puedas invertir en la estrategia de marketing de tu marca, apuesta por un desarrollo web que cumpla con tus objetivos.
Por esa razón, te aconsejo que agotes primero todas las posibilidades que una web te puede brindar, antes de buscar otras propiedades digitales. De todas formas, una web sin el apoyo de otras acciones en plataformas de terceros, como las redes sociales, no tiene el mismo impacto.